top of page

Hazlo un estilo de vida

Cada mañana, cuando nos despertamos, tenemos veinticuatro horas nuevas para vivir. ¡Qué regalo tan precioso! Tenemos la capacidad de vivir de manera que estas veinticuatro horas traigan paz, alegría y felicidad a nosotros mismos y a los demás.

La paz está presente aquí y ahora, en nosotros mismos y en todo lo que hacemos y vemos. La pregunta es si estamos en contacto con él o no. No tenemos que viajar muy lejos para disfrutar del cielo azul. No tenemos que salir de nuestra ciudad o incluso de nuestro barrio para disfrutar de los ojos de un niño hermoso. Incluso el aire que respiramos puede ser una fuente de alegría.

Podemos sonreír, respirar, caminar y comer nuestras comidas de una manera que nos permita estar en contacto con la abundancia de felicidad disponible. Somos muy buenos preparándonos para vivir, pero no muy buenos para vivir. Sabemos sacrificar diez años por un diploma, y ​​estamos dispuestos a trabajar muy duro para conseguir un trabajo, un automóvil, una casa, etc.

Pero nos cuesta recordar que estamos vivos en el momento presente, el único momento que tenemos para estar vivos. Cada respiro que damos, cada paso que damos, puede estar lleno de paz, alegría y serenidad. Solo necesitamos estar despiertos, vivos en el momento presente.

Si un niño sonríe, si un adulto sonríe, eso es muy importante. Si en nuestra vida diaria podemos sonreír, si podemos estar tranquilos y felices, no solo nosotros, sino que todos saldremos beneficiados. Si realmente sabemos vivir, ¿qué mejor manera de empezar el día que con una sonrisa? Nuestra sonrisa afirma nuestra conciencia y determinación de vivir en paz y alegría. La fuente de una verdadera sonrisa es una mente despierta.

Sonreirá tan pronto como escuche el canto de un pájaro o vea la luz del sol entrando por la ventana. Sonreír le ayuda a afrontar el día con dulzura y comprensión.

Cuando veo a alguien sonreír, sé de inmediato que vive en la conciencia. Incluso una pequeña sonrisa es suficiente para relajar todos los músculos de nuestro rostro, para desterrar todas las preocupaciones y el cansancio. Un pequeño brote de sonrisa en nuestros labios nutre la conciencia y nos calma milagrosamente. Nos devuelve la paz que creíamos haber perdido.

Nuestra sonrisa nos traerá felicidad a nosotros y a quienes nos rodean. Incluso si gastamos mucho dinero en regalos para todos los miembros de nuestra familia, nada de lo que compremos podría darles tanta felicidad como el regalo de nuestra conciencia, nuestra sonrisa. Y este precioso regalo no cuesta nada.

bottom of page